viernes, 20 de abril de 2018

Usagi Yojimbo, el ronin orejón




Hasta hace unos pocos meses, Usagi Yojimbo era para mi “ese conejo samurai de los tebeos” y realmente no me atraía lo mas mínimo. Me gusta bastante la cultura japonesa antigua, he dirigido en varias ocasiones el Tierra de Ninjas de Runequest, me he tragado (con deleite) unas cuantas pelis de Kurosawa y soy un absoluto fan de los videojuegos de Tenchu, pero lo cierto es que hay tanto material relacionado que me siento un poco saturado y este conejo orejón quedaba fuera de mis intereses. Pero estas navidades viendo la serie de las tortugas ninja con mi hija apareció el conejo haciendo un cameo y despertó mi curiosidad, la cual pude saciar al acercarme al poco a mi tienda de tebeos y encontrarme con un tomo enorme con las aventuras de este mamífero lagomorfo antropomórfico (que gilipollas me pongo cuando voy de listillo) y me lo llevé a casa para darle un vistazo. Y aluciné.

El tomo que me compré, una especie de biblia ilustrada de mas de 600 páginas lleva el título de “Usagi Yojimbo saga, volumen1”, aunque no es el principio de la serie si no varias minisagas recopiladas en no sé qué editorial, una de las cuales incluye otro cameo de mis queridas tortugas ninja. Comencé a leerlo con cierta decepción ya que me gusta comenzar las historias por el principio y además el hecho de que fueran todo animalitos me resultaba bastante chocante, pero no tardé en meterme de cabeza en la historia de Stan Sakai (el autor). Y es que este tebeo no es algo normal. Es una historia típica de samuráis (o ronin en el caso de Usagi) con toques de folklore japonés, fantasía y realismo en una proporción tan perfecta que al poco uno se olvida de que son animales lo que protagonizan esos relatos y acaba empatizando completamente con ellos.
 
Éste es el tebeo que yo tengo
Me considero un mal lector de cómics, ya que suelo leerlos de una forma muy superficial, sin recrearme demasiado en los dibujos y olvidándolos luego en un cajón, pero en este caso fui capaz de saborearlo lentamente, dosificado la lectura, repasando algunos capítulos y maravillándome con cada página, con cada conclusión, con cada ilustración… Entre esto y la cantidad de páginas me he tirado cuatro meses de lectura que he disfrutado como nunca. Así que ahora no me queda otra que  buscar mas material del bicho este, sean comics, rol o dibujos,  prepararme un buen cosplay conejero para los próximos carnavales y no sé, tatuármelo en el pecho o algo, ya veremos… Que a obsesivo no me gana casi nadie ;)

1 comentario:

  1. Es un pasote de cómic. ¡¡¡Y Stan Sakai lleva dibujándolo desde 1984...!!!

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