domingo, 9 de agosto de 2015

Ampliando Ravenloft




En los años 1991 y 1992 aparecieron “Darklords” e “Islands of Terror” respectivamente, convirtiéndose en los únicos suplementos dedicados a ampliar el mundo de Ravenloft (de su primera edición, véase la “Black Box”). En estos libros, que venían en tapa blanda y no eran especialmente gordópilos (gruesos), detallaban una serie de nuevos personajes y entornos para añadir a nuestras campañas ravenloftianas. Y ahora os preguntaréis… “¿Era necesario hacer eso?” Y yo os responderé…  No. Para nada”, aunque añadiendo un “Pero…” al final.

El “pero”: Puede que no necesitemos de esos libros para ser felices disfrutando de nuestro inigualable entorno de campaña, pero sin duda representan una lectura interesante y una increíble fuente de ideas.
En “Darklords” se amplía la información referente a algunos lores ya existentes, así como se presentan otros nuevos, que poseen dominios minúsculos o itinerantes, perfectos para añadir en cualquier campaña o partida. Por poner un ejemplo, tenemos al “Headless Horsemen”, un jinete sin cabeza a lo Sleepy Hollow cuyo dominio es un simple camino que aparece por sorpresa en la noche para gozo y diversión de los personajes.
En el “Islands of terror”, además de uno de esos mapas desplegables que tan dura me la ponen, tenemos descripciones completas no solo de los lores sino también de la geografía y población de las islas. A destacar las “Wildlands”, un domino salvaje habitado por animales parlantes que conspiran unos contra otros (Tigres, tigres, leones leones, todos quieren ser los campeones…) y a su vez tratan de derrocar al “Rey Cocodrilo”, el tirano que los tiene a todos sometidos; ¿A quiénes se unirán los valerosos aventureros? ¿A los monos? ¿A los elefantes? Puede sonar a risa pero a mí se me ocurren decenas de ideas para convertir una idea divertida en un festival del horror.
Además, ambos libros proporcionan ideas para crear una atmósfera oscura y opresiva para dirigir nuestras partidas con un toque único y característico, con esa fragancia “ó de ravenló” tan interesante.

Lo dicho. Dos libros no imprescindibles para jugar pero repletos de historias terribles, personajes atormentados y lugares listos para ser explorados por los aventureros más osados o temerarios.

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