viernes, 17 de julio de 2015

Comparativa: La caja negra, la caja roja, y otras disyuntivas espaciotemporales.



Ya desde la primera aparición de la “Black Box” en el 1990, se sabía que ese escenario de campaña iba a sufrir una buena remodelación en breve. Para ello se fueron publicando una serie de módulos que tras su consecución iban cumpliendo unos versos arcanos que acabarían alterando la faz de la misma tierra. Y así fue. En 1993 se publicó el último de estos módulos (que no formaban una campaña sino que se jugaban de manera individual) y a principios de 1994 aparecería la “Red Box” que fue traducida al español para convertirse en la famosa “Caja roja de Ravenloft” de la que ya hablé hace mucho aquí.

¿Pero en qué cambiaba la primera versión de Ravenloft y esta segunda? Vamos a analizarlo con un poco de detalle.
La caja roja incluía dos libros que eran “Reino de Terror” y “Dominios y residentes” y que eran, básicamente, los libros de la caja negra y su expansión reordenados. La única diferencia de texto residía en la parte cronológica (lógicamente habían pasado cosas en Ravenloft durante ese tiempo) y la de Dominios y Lores, ya que tras la Gran conjunción habían aparecido nuevas tierras y habían desaparecido otras.

Además, incluía dos mapas desplegables, uno de las tierras del núcleo y otro con las islas del terror (por supuesto distintos a los de la “black box”), el mazo de cartas de Tarokka, un poster de Strahd con cara de pena bajo el Sol (lo que viene ser el dibujo de la tapa) y una útil y resistente pantalla del master. ¿Qué echamos en falta? Los dados, las plantillas con castillitos, las fotos familiares de los malos… Y eso nos lleva a la siguiente pregunta.

Imaginemos que estamos en el año 2015 y, a pesar de que el Dungeons&Dragons ya va por la quinta edición, queremos jugar al Ravenloft de la segunda. ¿Qué escenario de campaña deberíamos comprar?
Pues si no domináis el inglés, lengua de Shecspir, Edgar Alan Poe y muchos otros… Sin ninguna duda la Caja Roja, ya que es la única que fue traducida a la lengua de Crevantes, Cadleron de la Barca y algunos más… Pero si nos da igual el idioma porque somos unos cosmopolitas y unos hípsters y nos gusta vacilar a nuestros colegas cuando vienen a casa con eso de “No, es que esos me los compro en inglés porque soy mejor que tu a pesar de que tu trabajo es mejor, tu mujer está más buena y tus hijos son más guapos y comen más y no te rompen todo lo que tienes en casa.”… También la caja roja. La negra es para coleccionistas enfermos como yo y frikis que quieran jugar la “Gran conjunción” como Gygax manda. Porque no sé si lo sabéis pero aquí en España, alguien metió la gamba con este tema.

¿Pero qué pasó con la edición en español del Ravenloft?
Pues que los de TSR España creían que iban a comerse el mundo por una pata con eso de los juegos de rol que tanto vendía y decidieron que traducirían la caja roja, pero… Sería una lástima que los roleros patrios se perdieran las partidas de la Gran conjunción, por lo que decidieron publicarlas a posteriori. Es decir. Cuando adquirías la caja roja podías elegir pasarte por el forro la Gran conjunción y jugar en la fecha establecida por la ambientación o, ser un puritano (yo lo fui) y jugar en el Ravenloft pre-conjunción para luego pasarse al post-conjunción. ¿Pero qué pasó? Pues que el negocio se les fue al garete, cerraron la línea editorial y nos quedamos colgados en el segundo módulo (de cinco) jugando a un Ravenloft del que no teníamos ni mapas. Resumiendo: Me pasé años jugando al Ravenloft de la caja negra sin tener la caja negra. “¡Mi reino por un mapa!” gritaba por las noches entre sueños.
 
Aquí el mapa del Ravenloft "Black Box", el que jugué pero nunca tuve.
 
Y aquí el de la "caja roja", el que tuve pero nunca jugué.
Pero no pasaba nada. Después llegó internet, la peña empezó a escanear libros y en unos pocos lustros logré terminar la Gran Conjunción y poder disfrutar de la caja roja plenamente hasta que me hice con el “Domains of Dread”, al cabo de pocos días, que me trasladó a un Ravenloft futuro del que nada sabía. Pero ya hablaré de ese magnífico libro otro día, que esto ya es mucha tela.

Pero como apunte final, me gustaría hablar del tema de los precios. Y es que, mientras que la caja negra y su expansión están a precios relativamente asequibles en páginas de comprar cosas (a mí me costaron 30€ cada una estando a estrenar), la caja roja no la he visto por menos de 80 y en estados regulares de conservación. Valorad vosotros mismos.

jueves, 9 de julio de 2015

Gules marinos y traducciones simultáneas




Ahora que vuelvo a estar tan puesto en el Ravenloft, mientras buscaba en mi baúl de los recuerdos mental, recuperé una anécdota de mi juventud rolera que tiene mucho que ver con el tema de los idiomas, las traducciones y esos libros que jamás aparecen en nuestra lengua.

Resulta que como ya sabréis, el material de TSR dejó de publicarse un buen día, así de susto, y todos los Dungeoneros&Dragoneros nos quedamos huérfanos de nuevos suplementos para nuestras campañas. La única solución era buscarse la vida e ir a por aquellos libros jamás traducidos, para lo cual yo acudía regularmente a la librería barcelonesa Gigamesh.

Al principio era duro. Mis conocimientos de inglés eran muy básicos y para pillar el tema tenía que leerme las partidas dos veces antes de atreverme a dirigirlas y aun así, me inventaba la mitad de las cosas. Pero con el tiempo y las campañas, llegué a dominar bastante la combinación de comprensión/improvisación y llegó un momento en el que podíamos jugarlas habiéndoles dado apenas un rápido vistazo. Unas salían mejor que otras, de acuerdo, pero ninguna fue tan épica como la de los “gules marinos”. Os cuento.

No recuerdo qué módulo era, pero los personajes iban en un barco. En un momento dado, leyendo/traduciendo la descripción de la escena, pasó algo así: “Navegáis con una suave brisa a vuestro favor; en la distancia podéis ver los picos más elevados de la isla a la que os dirigís. Y alrededor del barco oís los chillidos de… ¡Decenas de gules marinos!” ¡A las armas!
Debo reconocer que era raro, pues en el libro no me venían las estadísticas de esas criaturas y además no especificaba el número exacto, pero no pasaba nada porque soy un master de la hostia. Tomé las características de un gul normal, le añadí membranas entre los dedos para nadar mejor, tiré unos dados de diez para determinar el número exacto y listos.
Cuando acabaron con ellos, llegaron a la isla y vieron lo siguiente: “La playa de arena fina termina en un espeso bosque en el que podéis ver un sendero que asciende hacia el centro de la isla. El único sonido que oís son los chillidos de… ¡Decenas de gules marinos!” ¡Venga bolas de fuego y golpes de rayo! Y así continuó la partida.
Los personajes llegaron al pueblo soñando con una cama caliente y una comida cómoda para recuperarse de los combates pero se encontraron con una escena dantesca. “El pequeño pueblo en lo alto de la colina está sembrado con los cuerpos sin vida de sus habitantes, los cuales están siendo devorados por… ¡Decenas de gules marinos!” ¿Otra vez? Sí, otra vez.
Y ya después del combate los maltrechos héroes decidieron dirigirse al castillo tenebroso sobre la montaña y fue algo parecido a esto: “A medida que ascendéis hacia la oscura fortaleza, un escalofrío recorre vuestra espalda al recordar qué les pasó a los habitantes del pueblo. Al mirar atrás podéis ver volando sobre sus tejados a… ¡Decenas de gules ma...!” Un momento. ¿Los gules marinos vuelan? Los jugadores me miraban aterrorizados. De mi mochila saqué mi diccionario “Collins” y al encontrar la palabra que buscaba mi cara se quedó blanca como la nieve en Escandinavia.

-Ah no… -Dije. -“Seagull” no es “gul marino” sino gaviota. Todo el rato eran gaviotas. Os habéis pasado la tarde entera matando gaviotas por error. ¿No os parece gracioso? 

Pero no se lo parecía. Me dijeron que como les diese puntos de experiencia por gaviotas en lugar de gules no jugarían nunca más conmigo y además, escupirían en mi porción de pizza cuando yo no mirara. Y lo de la pizza vale, pero yo quería jugar.
¡Jajaja! Somos superchungas de matar.

viernes, 3 de julio de 2015

Forbidden Lore (El saber prohibido)



Dos años después de la caja negra llamada “Reign of Terror”, apareció desde las brumas una segunda caja, de nombre “Forbidden Lore” que venía a expandir y ampliar (lo que viene a ser lo mismo) el mundo de Ravenloft. Y aunque no era un elemento imprescindible para jugar, el contenido de la misma hacía que mereciera mucho la pena hacerse con ella, cosa que he hecho yo, con 23 años de retraso. Así que como hice con la otra, voy a dar paso al despiece de la misma.

En primer lugar nos encontramos con cinco libros que… Sí, sí, cinco libros, pero pequeñitos, de 32 páginas cada uno. La verdad es que podrían haberle puesto una buena encuadernación y sacarlo en uno solo, pero por lo visto éste sería el modo de presentación de todas las cajas que irían apareciendo en el futuro. Pero vamos a los libros.

El primero se llama Cryptic Allegiances y describe varias sociedades secretas existentes en Ravenloft, tanto malignas como aquellas dedicadas a luchar contra el mal.
El segundo es Dark Recesses y  trata el tema de los poderes psiónicos en Ravenloft y la conversión de personajes atashianos; hay que tener en cuenta que ni la psiónica ni Atash (Dark Sun), existían cuando la “Black Box” por lo que era necesaria una actualización; además, nos describe Kalidnay, una nueva isla venida de ese mundo desértico.
El tercer libro es Nova Arcanum, que modifica algunos conjuros de temprana aparición y añade algunos otros propios de Ravenloft.
El cuarto, Oaths of Evil, habla sobre las maldiciones, controles de poderes y describe algunos objetos malditos únicos.
Y el último, The Walking Dream, habla sobre los vistani y explica cómo utilizar en el juego las cartas del Tarokka, así como los dados de Dikesha para dar una ambientación única a nuestras partidas. Y ahora os preguntaréis… “¿Qué es eso del Tarokka y el Dikesha?” Pues os lo explico en seguida.

Uno de los elementos más llamativos de esta caja son precisamente unos dados raros y un mazo de cartas. Las cartas se utilizan como cartas del tarot, solo que más “Dungeonizadas” para predecir el futuro de los personajes. Generalmente al principio de una partida los personajes se encuentran con una gitana que habla de forma críptica y les invita a pasar a su carromato para conocer su futuro. La lectura puede transcurrir de tres formas diferentes; puede ser amañada (lo que viene a ser haciendo trampas, el libro explica cómo), puede ser “libreinterpretada”, que no deja de ser una trampa pero más sutil; o en el caso de algunos módulos, éstos transcurrirán por una dirección u otra según la visión de la gitana. Los dados de Dikesha funcionan de un modo similar, aunque su uso se reduce al dominio desértico-egipcio de Har Akir.

Finalmente tenemos un mapa desplegable (me encantan esos mapas) con las bases de operaciones de las sociedades secretas y el  nuevo dominio de Kalidnay.
Y eso es todo, que no es poco.

Resumiendo: Puede que esta caja no sea imprescindible, pero tiene unos contenidos más que apetecibles para ampliar nuestro Ravenloft, además de los dados, que al contrario que las cartas, ya no volvieron a ser vistos en futuras reediciones.

miércoles, 1 de julio de 2015

Realm of terror (El reino del canguelo)





Aunque Ravenloft apareció como modulo en el 1983 con una segunda parte en el 86, no sería hasta 1990 cuando la buena gente de TSR decidió publicarlo como un escenario de campaña completo. Al parecer, la ambientación de terror gótico había calado entre algunos jugadores, incluso más que los dragones y los orcos que definían hasta el momento al Dungeons&Dragons, y decidieron probar suerte con la llamada “black box”.

Esa caja negra, la cual ahora tengo en mis sucias y despreciables manos es una de esas maravillas del rol que al verla sabes que pertenece a tiempos pasados. Aunque no es demasiado grande (la mitad de gruesa que las cajas de vademécum que se publicaron años después en España), contiene todo lo necesario para jugar, además de algunos extras que nos pueden ser de mayor o menor utilidad, pero que se agradecen y le dan color a la ambientación. 
Pero voy a detallar el contenido.

En primer lugar nos encontramos con el libro “Realm of terror”; 150 páginas en las que se describe el mundo de Ravenloft, sus dominios, sus lores, nuevos monstruos, así como las famosas reglas de miedo, horror y locura tan características, junto con consejos y trucos para hacer sufrir a los jugadores.

La caja también contiene, como no, dos mapas desplegables tipo poster de las tierras del núcleo y otro de las islas, totalmente a color y, aunque no tan detallados como los que aparecían en, por ejemplo, Reinos Olvidados, imprescindibles para jugar. Y por si fuera poco mapa, dos más detallando las principales ciudades del núcleo.

Además de eso, en el interior encontramos gran cantidad de láminas de cartón. Algunas son ilustraciones que en su reverso contienen las tablas más importantes para el juego; otras nos muestran retratos de las principales familias de Ravenloft y datos sobre sus miembros; y otras son ilustraciones de los principales castillos, en perspectiva, y con descripciones de los mismos.
Y como colofón, una plantilla transparente hexagonada para, supongo, calcular las distancias sobre los mapas.
 
Esto viene a ser. más o menos, lo que contiene la cajita.
Como podéis ver, la caja viene completita y, a pesar de que tiene 25 años, es posible encontrarla a buen precio y en buen estado en las principales webs de vender cosas (a mí me salió por 30€ en ebay), y aunque no era la única ambientación de este mundo (posteriormente salió una expansión de ésta, además de la caja roja y el Domains of Dread, pero de eso hablaré en otra entrada), sí es la mejor para empezar a conocer esta apasionante ambientación.