martes, 2 de julio de 2013

Tesoros enterrados (otra vez)





Este finde tuve la ocasión de pasarme por mi antigua casa después de mucho tiempo y teniendo en cuenta mi nueva obsesi… afición por los librojuegos, se me ocurrió preguntarle a mi padre si le sonaba donde podrían estar esos librillos, si es que quedaba alguno en buen estado de conservación. Esperaba una respuesta tipo “Es que la riada del 45 se los llevó” o la siempre recurrente cuando alguien ha tirado algo que al cabo de los años ha cobrado de repente valor y significado de “Aterrizó un ovni en la terraza y me obligaron a darles todos los libros de ciencia ficción”, pero no. La conversación fue así.
-Papá. ¿Sabes si queda alguno de mis libros de cuando vivía aquí?
-Claro. Todos tus tebeos y libros están guardados en el armario de arriba.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-¿Todos?
-Todos.
-Ostia.
Si, las conversaciones con mi padre nunca han sido gran cosa y como podéis ver, no salía de mi asombro y es que, efectivamente, en el armario de arriba, tal y como me había dicho, estaban todos esos tebeos que me gustaban menos (que si Alpha Flight, que si Capitán América), los mangas que nunca pude completar porque mi pueblo era un asco y las distribuidoras dejaban las colecciones a medias y como no, los librojuegos que tantísimas horas de diversión me dieron cuando era un crio sin ninguna posibilidad de ver tetas en el horizonte.
Desgraciadamente no tenía tiempo de sacar todo el contenido del armario y examinarlo con detenimiento, así que metí la mano y saqué cuantos libritos pude. Eso eran tres o cuatro de “Tria la teva aventura”, seis del “Reto de las Galaxias”, uno de ” La Máquina del Tiempo” y para mi sorpresa, un par del “Señor de los Anillos” que ni recordaba que tenía. Era un buen botín, aunque faltaba alguno del “Reto…” y los de “Magos y Guerreros”, pero por el momento estaba satisfecho; ya habría tiempo de volver y seguir buscando.
¿Y qué conclusión sacamos de esto? Pues que no hay que tirar nada, que el Diógenes no es tan malo. Padres y madres del mundo que os sobra el tiempo y leéis cosas como este blog mediocre: No tiréis nada de lo que vuestros hijos coleccionan por absurdo que a día de hoy os parezca;  Esos cromos de las Monster High, el álbum de pegatinas de Bob Esponja o las mechas fucsia de la Barbie; El día de mañana podrían ser tesoros anhelados por vuestros hijos y ellos jamás os perdonarían que lo hubieseis tirado por la simple obsesión de ganar espacio en casa. Avisados estáis.

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