sábado, 5 de marzo de 2011

Dragonball: Kamehames a la carta

Éste fué el primer juego de cartas coleccionablesque llegó a gustarme en la vida. Supongo que tendrá algo que ver mi fanatismo y devoción por la obra de Akira Toriyama, pero hay que decir, con la cabeza bien fria, que el jueguecito estaba muy bien.

El objetivo era el siguiente: Zurrar a tu adversario. Asi de simple. Encima de la mesa teníamos un campo de refuerzo (algo asi como el maná para los magiqueros) con el que personajes como Bulma o Puar se encargaban de usar sus habilidades de apoyo y de llamar a los guerreros, y el campo de batalla, donde los tipos cachas se repartían estopa con alegría. El procedimieto era sencillo. Ibas aumentando de poder a tus guerreros, convirtiendolos en superguerreros 1, 2 y 3 o transformandolos en monstruitos para después acabar con los del contrincante. Simple y directo, como a mi me gusta.


Vegito y Gotenks, dos claros ejemplos de violencia bien administrada.














Otro elemento importante eran las bolas del dragón. Obtenerlas las siete e invocar al bicho podía dar la vuelta a una partida ya perdida, lo que le daba un poco mas de interés al juego.
pero claro, no todo podía ser bonito. La publicidad del juego fue mínima, la traducción horrible y la distribución una pena. Asi no hay quien sobreviva y hasta el mismo Freezer acabó asfixiado. Que pena mas grande para unas cartas tan bonitas. Algún dia las sacaré del cajón y me haré un mural con ellas.

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